domingo, 22 de enero de 2012

Hola, Hoy una me pidieron que subiera está carta al blog, desde mi punto de vista es fuerte, y espero que la puedan entender!


Confesiones… De una Ex.

Impresión se siente al recordar cada lágrima cayendo en esa cálida y ya arrugada piel. Una piel que vivió junto a ellos las mejores sonrisas, cada sorpresa especial, cada secreto… distinto.

Impresión sentía, impresión siento hoy. Cada ‘yo sigo’ cada ‘no importa’ cada ‘los amo’, vuelven a tu mente implacables, arrolladores, exigentes, ¡pulsantes! El claro recuerdo de ese primero de diciembre vuelve a mí, y lamentablemente; sí, lamentablemente para quedarse. No puedo mentir diciendo: no los amo, porque sería la mayor falacia de mi mundo, de su mundo, de ellos. Pero el dolor se alimenta diariamente, secuencialmente, es inminente, no para, no espera, derrota.

Un click, una pausa, una sonrisa, un temor, un placer y una lágrima de felicidad hicieron del comienzo de este viaje, el mejor de los comienzos… pero aun así, para Natalia María Castiblanco Gómez, fue el principio… DEL FIN. Cada vez ese inicio viene a mí, con sudor en las manos, mil pensamientos en mi pequeña y culpable cabeza, y claramente dos o tres lágrimas ardientes recorrer mi cara; deseo y desearía, no haber estado ahí.

Si, EXACTAMENTE. Desearía haber olvidado a Santiago. Lo confieso, ese era finalmente el nombre del indudable cafre que me hizo caer en esa búsqueda interminable de besos, amores, cosquillas en la panza, y demás. Y si, una nueva confesión: los amé, los amé demasiado, quizá como nunca alguien, como yo, pudo haberlo hecho. Alguien frio, alegre, pero serio, una persona que ya, sin más fuerzas, dejó de creer en el amor, y más aún, en el verdadero amor.

Pero luego de ese diciembre, nada volvió a ser lo mismo, link tras link, entrevista tras entrevista, todo se limitaba a una excusa, a un ligera palabra, a un gran amor.

Hoy ese sonido, esas letras, esa mágica sinfonía de corazones… ME ATERRA. Cada vez que alguien de mi familia vuelve a nombrarlos solo un ‘Si… son muy lindos’ con desanimo sale de mi agotada y seca boca, después de esperar bajo el ardiente son a que la lluvia volviera, para llenarme de frescura, tranquilidad, complicidad y secretos, muchos secretos.

No puedo evitar la sonrisa de medio lado cuando algo nuevo sale, pero mi viaje, mis sueños, mi todo, me lo hicieron ver: No fui, no soy y nunca seré… eso que siempre quise ser. Eso que gritaba a todo pulmón, eso por lo que quería luchar, salir, andar, soñar… pero eso nunca llegó a pasar, nunca fue, porque nunca debió ser. No soy una de ellas, fallecí en el intento de amarlos, fue una… obsesión. Y no se imaginan lo FUERTE y doloroso que es para mí decir que estuve obsesionada, que solo fue una afición pasajera, que nunca logré amarlos como ustedes lo hacen, que nunca pude ser tan fuerte, tan poderosa, tan mágica… para resistir, para esperarlos pajo el eterno sol.

Siempre creí ser una persona, fuerte, de carácter, poderosa, dura; hasta ese febrero en que él llego a mí loca vida, y me hizo ver que siempre hay algo más. Indudablemente de algo sirvió tanta lágrima, para darme cuenta que no soy tan fuerte como creí ser; con el aprendí a ver a otros. Pero aún ahí, juraba que podría conquistar a cualquiera, porque era yo, era fuerte.

Pero hoy, frente a cada una y uno de ustedes: lo confieso. Me sentía enamorada de la vida al saber que oficialmente salían juntos, me sentía más poderosa que nunca, sentía que podía tomar el mundo a dos manos y gritar: ¡Soy Laliter!. Pero el cuento de hadas termino pronto, y el momento de la prueba llegó. Fue ahí entonces, cuando descubrí, que a pesar de sentirme grande y poderosa, junto a ellos no era más que una débil pequeña, una fan más, que buscaba saciar su despecho en amores ajenos, en amores olvidados, que quizá no volverían a ser los mismos: NUNCA.

Si, así me sentía, abandonada, martillada, asesinada, por algo que ni siquiera conocía bien, por algo que tal vez, ni si quiera llegue a sentir de verdad. Los días se amontonaban como flechas sin blanco, que terminaban hundiéndose en mis esperanzas como gotas de fuego, quemándome por dentro, haciendo de mi alma un laberinto, un sinsabor de emociones, haciéndome sufrir.

Todas esas palabras, del comienzo son las que llevan a hoy, aquí, ahora. Está tarde del 21 de enero del 2012 me despido con un: GRACIAS. Gracias a ustedes que me hicieron sentir libre, feliz, poderosa, amada… Laliter. Les garantizo que seguiremos en contacto, pero hoy, mi alma quedo ya tatuada con esa palabra, que claramente es más que una palabra, pero que me dejo en coma. Solo Dios sabe si algún día despierte de este sueño, pero por ahora, adiós a Laliter, que me dio tanto, pero también me quito. Un abrazo a todas aquellas que continúan resistiendo, las admiro. Y… si OTRA confesión, luego de tanta lucha declaro hoy mismo que ODIO con todo mi corazón a Juan Pedro Lanzani Vargas y Mariana Esposito con la misma fuerza con la que llegue a amarlos. Adios y buen viaje. Me voy.

 *Solo se llega a odiar, cuando se a amado demasiado*
@n_castiblanco